LA PAZ DE DIOS

La paz es un don

La paz es un don de Dios, basado en la comunión con Él1, produce un estado de bienestar abundante2 que afecta todos los aspectos de la vida humana3: espiritual, físico, mental, social, político y económico; así, como sus relaciones4: con él prójimo y la creación.

1Isaías 48:17-19; 57:2; Juan 14:23-27; 2Isaías 9:6-7; 3Salmo 51:10-12; Jeremías 33:6-9; Marcos 5:34; Romanos 8:6; Filipenses 4:7; 1 Tesalonicenses 5:23; 4Zacarías 8:16,17
La paz es la característica principal del Evangelio por su estrecha relación con la salvación1. El creyente tiene como fruto del Espíritu la paz 2que gobierna su corazón3 y sus pensamientos por lo tanto vive libre del dominio del temor, la ira y el enojo4.

1Isaías 52:5-7; Lucas 2:10-14; Hechos 10:36; Efesios 6:15; 2Gálatas 5:22; 3Romanos 14:17; Filipenses 4:7; 4Juan 14:27; Colosenses 3:8,15

La paz es una tarea

Además de ser un regalo, la paz es una tarea que Dios encarga a sus hijos como parte integral de su participación en el anuncio del Evangelio1. Los creyentes son llamados a ser constructores de paz y esta tarea es una bienaventuranza2.

1Romanos 12:17-19; 2Mateo 5:9

Jesús otorgó la paz no solo con sus acciones y milagros también con el saludo “Paz a vosotros1, pues las veces que lo expresa a sus discípulos convierte su angustia y sentimiento de desamparo en completa paz.

1Shalom” saludo en hebreo que se traduce: “Paz a vosotros” en Lucas 24:36; Juan 20:19, 21, 26; Biblia Reina-Valera 1909

El “Paz a vosotros” es en realidad una bendición que convierte a los creyentes en portadores de paz1, enviados por Jesús y respaldados por su autoridad. No es un saludo o formulismo común ni una contraseña; porque al darlo, los creyentes asumen un compromiso que los obligaba a construir un estado de paz entre ellos, que incluye a sus enemigos2. Este saludo es entonces una bendición que le aporta un don a la persona que lo recibe y un compromiso para quien lo da.

Mateo 10:12-13; 2 Mateo 5:44-45; Romanos 5:6-7

La paz se opone a la violencia

Jesús enseñó el amor a los enemigos1 y lo cumplió hasta las últimas consecuencias2, heredando a sus discípulos su compromiso por la paz, mismo que se puede apreciar en las exigencias que a su vez ellos dejaron a los creyentes en sus cartas3. El Señor no recurrió a la violencia para realizar su ministerio; defenderse4, ni en contra de los que lo rechazaban5.

1Mateo 5:44-45; 2Romanos 5:6-7; 3Colosenses 3:15; Hebreos 12:14 4Mateo 26:51-53; Juan 18:36; 19:10-11; 5Lucas 9:51-56

El episodio de Jesús echando a los cambistas en el templo1 obedece a la profecía del Salmo 69:9, y es una expresión de indignación santa, ante la injusticia y los abusos de los administradores del templo.

1Marcos 11:15-17; Juan 2:13-17

El creyente reprueba la guerra porque al ser promotor de la paz y se opone a todo tipo de violencia. Sin embargo, por su condición de ciudadano, participa solo en servicios de ayuda humanitaria si es requerido por su gobierno en conflictos armados.

PAZ

Para traducir shalom (paz en el idioma hebreo) el idioma griego no disponía de otra palabra que eirene. En Grecia eirene significaba el período de transición entre dos guerras. No era, pues, una traducción muy buena de shalom.

El Nuevo Testamento tiene los siguientes significados de la palabra eirene (paz):

Eirene = orden.

“Dios no es Dios de confusión, sino de paz”, escribe Pablo en 1 Corintios 14:33. Eirene tiene aquí el significado de orden. Donde hay eirene todas las cosas están en su lugar y funcionan según la voluntad de Dios. Así también en la congregación: todas las cosas deben hacerse con orden; no hay que hablar con dos o tres profetas a la vez, sino uno por uno. En el Reino de Dios no reina el desorden, sino el orden. Algo de esto debe reflejarse ya en la iglesia.

Eirene en la visión de los tiempos del fin en el Nuevo Testamento.

Eirene es el don de Dios del tiempo del fin, que se hace realidad por medio del Mesías. A esta luz debemos leer Lucas 1:79 y el cántico de los ángeles de Lucas 2:14.

En la tierra paz es igual a: en la tierra la salvación del tiempo del fin. Ahora que el Mesías ha nacido, los ángeles ven ya la tierra llena de esta situación de buenas relaciones, bienestar y felicidad que no se conocía desde el paraíso. También Lucas 19:42 se refiere a la paz mesiánica. Es la paz del cielo, que el Mesías ha traído a esta tierra (Lucas 19:38).

Esta paz se establece por medio del Mesías Jesús (Efesios 6:15; Hechos 10:36; Efesios 2:17). Dios, por medio de la predicación de los apóstoles,     llamó a esta paz a judíos y gentiles (1 Corintios 7:15). Jesús da esta paz a sus discípulos (Juan 14:27). Es su paz la que da (Juan en su evangelio        habla de la salvación del tiempo del fin como ya conocida y presente ahora). Frente a la miseria de la opresión, encontramos en Juan 16:33 la paz en Jesucristo: los discípulos viven todavía en el mundo, pero ya pertenecen al mundo de gozo y felicidad que en Cristo ya es realidad.

Esta es también la paz en que pensaban los cristianos al usar la salutación judía (Pablo al comienzo de sus epístolas). En Lucas 10:5-7 podemos apreciar cuán en serio se tomaba este saludo.

A esta gran paz mesiánica se refiere también Hebreos 12:13 donde la traducción “procuren estar en paz con todos” (DHH) puede dar lugar al malentendido de que la idea es que hay que tratar de vivir en paz con toda la gente. La interpretación correcta es: Tratad de conseguir, en conjunto con todos los cristianos, la paz, que es el gran don que la cristiandad ha recibido de Dios. Esta paz reina en el corazón (Colosenses 3:15) y es un poder que conserva a los hombres (Filipenses 4:7); es inimaginable, porque supera todo entendimiento.

Según su contenido, eirene es la situación en que Dios y el hombre están en su propio lugar normal, de manera que ha sido restablecido el orden correcto en el mundo y los hombres son lo que deben ser como hombres de Dios.

Negativamente esto significa la ausencia de todo mal (Romanos 16:20); positivamente significa: estar en casa, vivir por fin en el sentido pleno de la palabra, ser plenamente hombre, haber alcanzado la situación de normalidad.

El mundo de ahora no conoce esta paz, ni la puede dar (Juan 14:27); no conoce la verdadera vida, porque no conoce esta paz; sólo conoce la muerte (Romanos 8:6); toma lo anormal por normal. Gracias al Espíritu los cristianos tratan de conseguir la vida y la paz (Romanos 8:6). Esta paz es salvación para todo el hombre, en espíritu, alma y cuerpo (1 Tesalonicenses 5:23). Esta es la promesa dada a los cristianos, esto es lo que por la fe en Jesucristo recibieron y lo que tratan de conseguir. En Cristo Jesús han descubierto el verdadero ser hombre y esto les ha sido prometido. Son participantes de ello. ¿No desearían entonces poder vivir, por fin, como personas normales, como personas que responden a la norma y que en la situación concreta de su vida viven en shalom? Romanos 8:31-39.

Eirene = paz con Dios.

Sólo raras veces eirene tiene el significado de una relación de paz con Dios, que viene a reemplazar a la enemistad. Tenemos que mencionar Efesios 2:14-17 donde Cristo es anunciado como Aquel que puso fin a la ley y de esta manera a la enemistad entre Dios y los hombres, y entre los hombres mutuamente. En vez de enemistad puso la eirene, en vez de la separación entre los judíos y gentiles puso la unidad de la nueva humanidad. Derribó la pared que separaba (la enemistad).

Tenemos que mencionar especialmente Romanos 5:1. Esta relación de paz con Dios llegó a establecerse porque los hombres que eran enemigos de Dios fueron reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo (Romanos 5:10).

Eirene = paz entre los hombres.

“El reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo” (Romanos 14:17). En este pasaje Pablo se dirige a los “fuertes” que quieren vivir plenamente la libertad del cristiano y que por eso se irritan con los “débiles” que se abstienen de comer carne de animales que fueron sacrificados a los ídolos (14:2). Les dice que no deben creer que el reino de Dios consista en mover a los débiles a comer y beber cosas que para su conciencia están prohibidas, sino en que reinen la justicia, la paz y la alegría. Esa paz, que tiene que ser buscada, es igual a: el vivir el uno con el otro en amor (14:19). Así será el reino de Dios.

La paz tiene este significado también en 1 Corintios 7:15; Gálatas 5:22; Efesios 4:3; Santiago 3:18; 1 Pedro 3:11; 1 Tesalonicenses 5:13; Mateo 5:9.

Eirene = paz en el alma.

Sólo podemos mencionar Romanos 15:13. Pablo ruega que los cristianos sean llenados por Dios de todo gozo y paz en el creer. Paz significa aquí que un hombre está interiormente “en orden”, que todas las cosas están en su lugar, de manera que no es presa de toda clase de perturbaciones. Es un anticipo del gozo y la paz del tiempo del fin.

Bibliografía:

Pop, F. J. (1972) Palabras bíblicas y sus significados, Argentina: Editorial Escatón. pp. 260-261.

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