UN MATRIMONIO QUE PROCLAMA EL EVANGELIO

Las últimas palabras de Jesús antes de ascender a los cielos fueron proféticas:  Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra (Hechos 1:8).

Cada discípulo de Jesús se constituye en un testigo, así que cada matrimonio cristiano debe testificar su fe como estilo de vida. Además, debe mostrar su amor y su unidad en el seno de su familia, para poder impactar con el evangelio a su red más cercana (familia, vecinos, amigos y compañeros de trabajo). Su testimonio tiene mucho que decir delante de todas las personas que les rodean. Dentro del buen testimonio de un matrimonio cristiano está el compromiso con el Señor Jesucristo y su misión.

Tenemos algunas preguntas para ustedes: Los matrimonios de nuestra iglesia, ¿están comprometidos con la misión? ¿Están testificando el amor de Dios? ¿Qué se requiere para que proclamen el Evangelio?

Tomaremos el inmejorable ejemplo que nos presenta el matrimonio de Priscila y Aquila, un excelente matrimonio cristiano. Su historia de fe nos mostrara las características que un matrimonio debe tener para proclamar el evangelio.

Un matrimonio que proclama el evangelio, «debe estar convertido a Cristo» (18:1-2).

Es muy probable que Aquila (cuyo nombre significa Águila) y Priscila (nombre que es diminutivo de Prisca y que quiere decir Anciana); ya eran cristianos desde que estaban en Roma. Lo podemos deducir porque no hay ni una sola referencia de que hayan sido evangelizados por Pablo y también está el hecho de que fueron expulsados de Roma por el emperador Claudio. Según Suetonio, historiador romano del primer siglo, afirma que los judíos fueron expulsados por un problema creado acerca de uno llamado El Cristo. Y el historiador cristiano Orosio afirma que tal expulsión se dio en el año 49 d. C. Así que podemos afirmar que Aquila y Priscila fueron echados de Roma debido a su predicación del evangelio. Pero lo que podemos resaltar es que esta pareja era un matrimonio fiel a Dios, y su pertenencia a Cristo era a  toda prueba. Como resultado de la expulsión del emperador, tuvieron que viajar al oriente para instalarse en la cosmopolita Corinto. La Palabra de Dios dice: Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra (Tito 3:1). Y eso hicieron ellos porque practicaban una vida cristiana.

Un matrimonio que proclama el evangelio, «debe estar comprometido con el trabajo misionero» (18:18).

Por la referencia de Hechos 18:1-2, el apóstol Pablo dejó Atenas y se fue a vivir a Corinto, Aquila y Priscila lo hospedaron. Cuando Pablo decide continuar su viaje misionero, sale de Corinto y va a Éfeso, este matrimonio le acompañó. Es evidente que ellos tenían un gran amor por la obra del Señor Jesucristo, no solo dispusieron su casa para establecer la iglesia (Romanos 16:3-5), sino también había disposición de ayudar para sembrar una iglesia en otro lugar. Tal parece que cuando Timoteo llegó a Éfeso y luego salió como evangelista itinerante por algunas ciudades de Asia Menor, este matrimonio le acompañó en la proclamación del evangelio. Esto se deduce de los saludos que Pablo les envía en su segunda carta a Timoteo: Saluda a Prisca y a Aquila, y a la casa de Onesíforo (2 Timoteo 4:19).

Si nosotros como matrimonios decidimos comprometernos y dedicar tiempo, recursos y esfuerzo para abrir grupos familiares o apoyar a las misiones de nuestra iglesia, el crecimiento de la iglesia será otro. Dios obre en nuestros corazones y tomemos el ejemplo de este hermoso matrimonio neo-testamentario.

Un matrimonio que proclama el evangelio, «debe ser celoso y guardador de la sana doctrina (18:24-26).

La Escritura dice que estando ellos todavía en Éfeso, llegó a esa ciudad un judío llamado Apolos quien era un poderoso predicador en las Escrituras. Pero a pesar de ser tan elocuente, Apolos necesitaba una mejor instrucción en la doctrina cristiana. Él conocía sólo el bautismo de Juan, pero éste era para arrepentimiento de pecados; en cambio, el bautismo en Jesucristo, además del perdón de pecados, es para recibir el don del Espíritu Santo. Y Priscila y Aquila se encargaron de enseñarle e instruirle para que su ministerio fuera todavía más firme y poderoso. Cuán importante es que nosotros estemos bien cimentados en la Sana Doctrina, para poder vivirla, guiar e instruir a los demás.

En estos tiempos, algunos cristianos, especialmente nuestros jóvenes son arrastrados por diferentes corrientes de doctrinas, principios y prácticas, no sustentadas en la Palabra de Dios, es cuando matrimonios con madurez cristiana y celo por la sana doctrina debemos intervenir, siguiendo el ejemplo de Aquila y Priscila, para exhortar e instruir a quien ande errado en el camino de la fe. La Palabra de Dios nos invita: Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra (2 Tesalonicenses 2:15).

Un matrimonio que proclama el evangelio, «debe poner todos sus recursos para la obra de Dios».

Aquila y Priscila en donde quiera que radicaron abrieron las puertas de su casa para que se predicara la Palabra de Dios.

1. Cuando estaban en Roma: Saludad a Priscila y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús, que expusieron su vida por mí; a los cuales no sólo yo doy gracias, sino también todas las iglesias de los gentiles. Saludad también a la iglesia de su casa… (Romanos 16:3-5a).

2. Cuando vivían en Éfeso: Las iglesias de Asia os saludan. Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa, os saludan mucho en el Señor (1 Corintios 16:19).

En la actualidad, muchos matrimonios han abierto sus casas para establecer la obra de Dios, hoy muchas iglesias nacieron en las casas de los hermanos. ¡Atrévete a experimentar tan ricas bendiciones! ¡Abre tu hogar y ponlo al servicio del Señor! Y haz tuya esta palabra: … Yo y mi casa serviremos a Jehová (Josué 24:15).

Un matrimonio que proclama el evangelio, «debe ser un ejemplo para los demas».

Seis pasajes del Nuevo Testamento hablan de este matrimonio y todos ellos son referencias altamente positivas, ninguna negativa y todas basadas en el trabajo de la misión. Algo que llama nuestra atención es que la primera vez que se mencionan es en Hechos 18:2 y en los saludos paulinos a los corintios (1 Corintios 16:19). Aquila, que es el varón, es mencionado primero. Pero en todas las demás ocasiones (Hechos 18:8; 18:26; Romanos 16:3 y 2 Timoteo 4:19). Priscila es mencionada antes que Aquila ¿Por qué será? Posiblemente porque ella era la que tomaba la iniciativa en muchas de las cosas espirituales. ¡Y así es todavía en nuestros días! ¡Y qué bueno! ¡El Señor siga encaminando el corazón de nuestras hermanas para alentar a sus esposos y formar matrimonios y familias cristianas de excelente testimonio!

Los matrimonios comprometidos con la «Proclamación del Evangelio» son aquellos que:

1. Han experimentado un encuentro personal con Jesús, de tal manera que sus vidas revelan una verdadera conversión.

2. Están dispuestos a compartir lo que Dios les ha bendecido, dedicando tiempo, esfuerzo y recursos, para la predicación del Evangelio.

3. Son temerosos de Dios, guardadores de la sana doctrina y guía para otros creyentes.

4. Aman la obra de Dios y están dispuestos a colaborar con las misiones e incluso a prestar su casa para establecer Grupos Familiares, o para iniciar una misión.

5. Y por último, se mantienen como un matrimonio fiel a Dios, son iconos en su congregación y muchos les quieren imitar porque representan un ejemplo a seguir.

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