Con el corazón ardiendo

Por: Min. Ricardo  Méndez

El Imperio Romano creó un medio ambiente globalizado, multiétnico y multicultural debido a la migración forzada, conquista y comercio. Grupos de personas eran desarraigadas geográfica y culturalmente, resultando con ello un gran entremezclado de estilos de vida, valores y espiritualidades.

Cuando Pablo llegó a Atenas la ciudad estaba llena de idolatría y además se encontró con dos posturas filosóficas: los epicúreos y los estoicos, algunos eran maestros y otros eran alumnos, estos acostumbraban discutir toda clase de temas en las plazas.

“Y algunos filósofos de los epicúreos y de los estoicos disputaban con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses; porque les predicaba el evangelio de Jesús, y de la resurrección.” (Hechos 17:18, RV60)

Los epicúreos: eran los seguidores de Epicúreo (341-270 a.C.), quien sostenía que el objetivo de esta vida es la felicidad mediante el placer, era materialista pero no negaba la existencia de dioses similares a los hombres. En cambio, los estoicos eran seguidores de Zenón (332-260 a.C.) estos eran panteístas, de moral elevada, tenían un dios impersonal e inmanente.

Estos filósofos representaban la filosofía griega de esa época, y prevalecía la opinión a favor de lo impersonal. Ambos rechazaban la noción de una creación, rechazaban la resurrección de los muertos y la vida eterna1.

El pasaje de Hechos 17:16-34, base de nuestra reflexión, se encuentra en el marco del segundo viaje misionero de Pablo. El capítulo 17 inicia con la llegada de Pablo, Silas y Timoteo a Tesalónica, donde Pablo declaró y expuso por medio de las Escrituras que Jesús es el Cristo. Los judíos que no creían, tomaron hombres malos y alborotaron la ciudad. Después del gran alboroto en Tesalónica los hermanos enviaron de noche a Pablo y Silas hasta Berea, pero los judíos de Tesalónica también alborotaron en Berea y Pablo fue enviado a Atenas.

“Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría.” (Hechos 17:16, RV60)

Pablo esperaba en Atenas a Timoteo y Silas, quienes llegarían de Berea, pero algo estaba pasando con él, dice la Palabra: “su espíritu se enardecía” παρωξύνετο (parozuneto) que significa exasperar, irritar, dolor en el alma. Pablo fue conmovido en su espíritu por la idolatría de los atenienses; esto quiere decir que el espíritu de Pablo no pudo conservarse sereno, tranquilo. Un siervo de Dios, que ama a Cristo y es fiel a su llamado, siente dolor en el alma por las personas perdidas, no puede permanecer quieto, indiferente, inconsciente e insensible. Dios necesita hombres y mujeres con un espíritu ardiente por las almas.

El fuego se enciende sólo si sabemos ver bien. “… Su espíritu se enardecía viendo la ciudad…”. Pablo tiene el corazón ardiendo, pero no pierde de vista el objetivo geográfico: él está en Atenas y tiene conocimiento del lugar que pisa, de su historia, de su lenguaje, e incluso de sus modismos. Pablo tiene el corazón ardiendo, pero no pierde de vista el objetivo demográfico: tiene conocimiento de las personas que viven en ese lugar, en que se ocupan, cuales son las cosas que les apasionan. Pablo tiene el corazón ardiendo, pero no pierde de vista el objetivo cultural: cuál es el nivel académico de las personas a las cuales les va a compartir el evangelio. Se interesó en tener un conocimiento básico de su historia, cultura, sus músicos, sus poetas, sus dramaturgos, y filósofos. Pablo tiene el corazón ardiendo, pero no pierde de vista el objetivo religioso: en qué creen, en qué tienen su fe las personas a las cuales va a predicarles. ¿Conocemos bien el lugar donde vivimos? ¿Conocemos su cultura, su folclor? ¿Sabemos ver bien cómo vive la gente? ¿Sabemos discernir la idolatría que practican? Recuerde, idolatría es poner cualquier persona o cosa en el lugar de Dios. El ídolo de las personas puede ser: su profesión, su automóvil, sus posesiones, su familia, su trabajo o su vanagloria.

“Así que discutía en la sinagoga con los judíos y piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían.” (Hechos 17:17, RV60)

El apóstol Pablo no se conformó con solo sentir que su espíritu se enardecía, él fue a buscar a la gente. Hay por lo menos tres lugares que menciona este pasaje:

1. La sinagoga de los judíos, “Así que discutía” διελέγετο (dielegeto) que significa: razonar, decir completo, y disertar. Lo hacía con judíos y con simpatizantes del judaísmo (llamados piadosos)

2. La plaza del mercado donde la gente acudía a comprar alimentos.

3. En el Areópago de los magistrados y filósofos.

Pablo no limita su predicación a un solo lugar como la sinagoga; ni tampoco se limita a un día para predicar, sólo en día sábado, sino en la plaza cada día con los que concurrían.

La audiencia de Pablo incluía diferentes tipos de personas: los adoradores de ídolos (v. 16), los judíos y piadosos (gentiles temerosos de Dios) (v. 17) y los filósofos epicúreos y estoicos (v. 18)

En su estrategia para la predicación del evangelio, el apóstol Pablo aplicó las cinco leyes de la persuasión2 que Jesús usó con la Samaritana en (Juan 4)

Primera ley (Atención), Pablo llamó la “atención” de sus oyentes, con unos discutía, y con otros disputaba.

Segunda ley (Interés), Pablo logró el “interés” de sus oyentes, tanto que preguntaron: “¿Qué querrá decir este palabrero?” “Y tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podemos saber qué es esta nueva enseñanza de que hablas? Pues traes a nuestros oídos cosas extrañas. Queremos, pues, saber qué quiere decir esto (Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí, en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo.” (Hechos 17:19-21, RV60)

Fue mucho el interés que Pablo despertó en ellos, que es tomado y llevado al Areópago, donde se reunía el consejo de los magistrados de Atenas. “Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos.” (Hechos 17:22, RV60)

Mediante la observación, Pablo predicó el evangelio, considerando las formas en que podía ayudar a cada uno a comprender el mensaje del evangelio y cómo podría ser relevante en sus vidas.

A los atenienses involucrados en la adoración de ídolos, comenzó hablándoles sobre su altar al “dios no conocido.” “porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio.” (Hechos 17:23, RV60)

Tercera ley (Deseo), Pablo les provocó el “deseo” de conocer lo que ellos no conocían. Les dijo que conocía algo que ellos aún no habían descubierto: él conocía al Único y Verdadero Dios, el Creador de los cielos y la Tierra. Él no les dijo que no estaban adorando correctamente a Dios. Pablo uso el mensaje del evangelio en un contexto cultural, sin comprometer la verdad del evangelio.

Entonces procedió a presentar a aquellos hombres al Dios No Conocido, con sus siete características (Hechos 17:24-29, RV60):

1. Dios Creador (v. 24 a) “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay”.

2. Dios Señor (v. 24 b) “Siendo Señor del cielo y de la Tierra.”

3. Dios Sustentador (v. 25) “Ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento.”

4. Dios Ordenador (v. 26) “Y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación.”

5. Dios Salvador (v. 27) “Para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.”

6. Dios Progenitor (v. 28) “Porque en él vivimos, y nos movemos y somos.”

7. Dios Superior (v. 29) “Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres.”

Cuarta ley (Decisión), Pablo presentó cual es la voluntad de Dios, haciendo convicción de pecado, para que pudieran tomar una “decisión”. “Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.” (Hechos 17:30-31, RV60)

Pablo presentó en este testimonio a Jesucristo como: el varón designado por Dios. El juez de los vivos y los muertos y el Cristo resucitado. Pablo termina como empezó. En el versículo 18, Pablo les hablaba del evangelio de Jesús y de la resurrección.

Quinta ley (Acción), Pablo al presentar todo el mensaje provocó tres clases de resultados o “acciones”, los cuales son los más comunes cuando se predica el evangelio. “Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez. Y así Pablo salió de en medio de ellos. Mas algunos creyeron, juntándose con él; entre los cuales estaba Dionisio el areopagita, una mujer llamada Damaris, y otros con ellos.” (Hechos 17:32-34, RV60)

1. Unos se burlarán, es decir nos tildarán de locos, de fanáticos, de ilusos e incluso de ignorantes.

2. Otros pospondrán su decisión. Nos dirán: “Por lo pronto no”; “voy a pensarlo”; “tengo muchos pecados”; o “tengo muchas dudas.”

3. Pero otros creerán. Por ellos vale la pena testificar de Cristo.

Pablo sabía del rechazo a lo sobrenatural que había en esas escuelas filosóficas, igual no tuvo el empacho y predicó todo el mensaje de Dios. Nuestra predicación del evangelio no debe ocultar aquellos temas que resultan chocantes para el mundo, debemos predicar todo el mensaje de Dios, las personas de nuestro alrededor tienen el derecho de escuchar el evangelio, recuerde que la fe salvífica no proviene de abajo, no la construye el hombre, viene de arriba, es un don de Dios: “Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.” (Efesios 2:8). Dios es el que pone la fe en el corazón de las personas.

Al igual que el apóstol Pablo tenemos desafíos contemporáneos. Vivimos en un mundo de rápidos cambios y nos encontramos en un tiempo de transición permanente. Estos son desafíos causados por la postmodernidad, la globalización, la ultramodernidad, la secularización, y otros. Como testigos de Jesús tenemos que estar preparados para poder hacer llegar el Evangelio de Jesucristo a un mundo secular con una ideología y cosmovisión más amplia.

Por un lado, en nuestro país hay 5,343 escuelas de nivel superior, las cuales atienden a una población escolar de más de 3.6 millones de alumnos3. ¿Cuántos de nuestros hijos fueron a la universidad, perdieron su fe y ya no están en la Iglesia? ¿Cuántos de nuestros estudiantes de secundaria y preparatoria, están preparados en sus mentes con la doctrina bíblica para el embate secular que enfrentarán? Es posible que como Iglesia estemos perdiendo a nuestros adolescentes y a nuestros jóvenes en un mundo tan secularizado.

Por otro lado, nuestro país tiene un porcentaje muy alto de idolatría, el 83.9% adora y venera imágenes y un 5% no practica ninguna religión4. La tarea de la evangelización es todo un reto. Es tiempo de levantarnos y ponernos de pie para compartir el evangelio de salvación, así como Pablo estuvo presto por introducir el Evangelio en medio de un contexto en el que la idolatría estaba en el corazón de los atenienses, y aunque los griegos no aceptaron y aunque para ellos el Evangelio fuera una locura.

Pablo no fue intimidado por ninguna circunstancia de adversidad, confiaba como nosotros debemos hacer, en lo que Dios dice: “Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.” (Isaías 55:11, RV60)

Bibliografía:

1 Fuente: https://filosofia.laguia2000.com/general/principales-doctrinas-estoicas-y-epicureas. Consultada el 22 de agosto de 2019.

2 Adaptación de las “Cinco Leyes de la Persuasión”, págs. 28 y 29. James Kennedy, “Evangelismo Explosivo”, Cuarta Edición.

3 Fuente: http://www.unionjalisco.mx/articulo/2017/03/07/educacion/cuantas-universidades-hay-en-mexico. Consultada el 22 de agosto de 2019.

4 Fuente: https://www.jornada.com.mx/2012/03/13/sociedad/039n2soc. Consultada el 22 de agosto de 2019.

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