Director

Director: Min. Ausencio Arroyo García

Correo: pastoral@iglesia7d.or.mx

¿Qué es el Departamento Nacional Pastoral?

Es el instrumento confiable por medio del cual los pastores de la iglesia reciban la inspiración y el acompañamiento en las diferentes etapas de sus ministerios, logrando que cumplan con integridad y piedad su llamado en el propósito de la iglesia, den Gloria a Dios y sean de bendición a su pueblo.

Mensaje del director

Como creyentes, Jesús no hace el desafío de seguir sus pasos. Pedro afirma: “…dejándonos ejemplo, para que vosotros sigáis sus pisadas” 1 Pedro 2:21. Aún más quienes participamos del ministerio cristiano estamos obligados a ser conformados a su carácter y sus valores. Uno de los valores de Cristo fue su integridad. Su manera limpia y sana de ser y tratar a las personas. En Él no hubo engaños ni buscó aprovecharse de las personas. Es grande la exigencia a vivir en integridad de vida en todos los ámbitos, todo el tiempo.

La integridad es una firme adhesión a un estricto código moral ético, es el estado de mantenerse firme en los valores y actitudes propias de su llamado. Significa ser fieles a las normas de Dios. Consiste en ser honestos, sinceros, incorruptibles, y describe a alguien sin hipocresía ni doble, a alguien que es consistente con lo que expresa.

Las razones bíblicas para la integridad están planteadas en los siguientes textos: No debemos amoldarnos a la ideología de la época actual (Romanos 12:2); la vida en el Espíritu significa vivir conforme a la bondad, la justicia y la verdad (Efesios 5:8-10,15-17); debemos buscar todo aquello que es de buen nombre (Filipenses 4:8; 1ª Tesalonicenses 5:21).

La búsqueda decidida y constante del amor divino, guiada por el Espíritu Santo nos conducirá a la integridad (Filipenses 1:10-11). El término sincero se refiere a la acción de examinar los objetos a la luz del sol, con el propósito de controlar su pureza. Probablemente hace alusión a que el objeto es “sin cera”, esto es que no tenga grietas cubiertas u ocultas con cera. Se refiere a que no esconde ninguna intención malvada.

Que Dios nos ayude a corregir los deslices que llegamos a tener y que seamos capaces de ver los aspectos torcidos de nuestras intenciones, con el fin de pedir perdón, y permitirle al Señor que ilumine esa zona oscura y transforme nuestra manera de ser.

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