CUESTIONES DEL CORAZÓN

El regreso del odio…

¡Construyan el muro!, fue la frase que gritaban varios niños estudiantes en la cafetería de una escuela en Michigan. Según reportaron los directivos escolares, varios alumnos latinos que estaban ahí, derramaron lágrimas ante la burla de sus compañeros, quienes eran estadounidenses en su mayoría1.

Un supuesto mexicano asesinó a un norteamericano a las afueras de un bar en Atlanta, luego de que este último le gritara, en una acalorada discusión, que en los próximos días sería deportado2.

Una servidora pública del condado de Clay, en Virginia Occidental, celebró la victoria de Trump escribiendo en su cuenta de Twiter: «Será muy refrescante tener de nuevo a una primera dama hermosa, elegante y digna en la Casa Blanca. Estoy cansada de ver a una simia en tacones». «Acabas de alegrarme el día…», respondió a la publicación Beverly Whaling, alcaldesa del condado. Por estas acciones, la primera fue removida de su cargo, la segunda renunció.

El día de los Veteranos en Estados Unidos, varias personas irrumpieron en un desfile en California con banderas de los confederados, el bando que durante la Guerra Civil norteamericana de 1860 apoyaba la esclavitud3.

En una reunión del movimiento «alt-right» (o derecha alternativa), realizada en Washington, Richard Spencer, líder de este grupo, dijo en su discurso: «Hail Trump! Hail our people! Hail victory!» (Salve Trump, salve nuestro pueblo, salve la victoria). Tal afirmación es una clara referencia al saludo nazi, que en las décadas de los 30’s y 40’s del siglo pasado, se hacía en honor a Adolfo Hitler, uno de los genocidas más terribles de la historia. Diversos medios señalaron que, el citado discurso estuvo lleno de: «declaraciones racistas y ataques a las minorías»4.

«El odio vuelve a Norteamérica»decía, con alarma, el titular de un portal de noticias. «Los incidentes violentos – especialmente contra las comunidades hispana y judía– van en aumento. Las víctimas de crímenes de odio aumentaron en Estados Unidos…», señalaba la publicación. Informaba también que: «Después de la elección de Donald Trump como Presidente (…), el país no sólo se dividió: se volvió más violento contra las minorías. Decenas de ataques racistas en escuelas, iglesias y hasta en la vía pública se han registrado en los últimos días. Hispanos, musulmanes, afroamericanos y judíos (…) entre las víctimas más recurrentes».

Estas agresiones, y otras muchas más, sucedieron sólo durante noviembre de 2016, el mes en que Donald Trump obtuvo la victoria en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos. A lo largo de su campaña, el republicano neoyorquino, sostuvo un discurso caracterizado por la xenofobia, los prejuicios y los estereotipos raciales. Sus mensajes discriminatorios contra los indocumentados, las mujeres, personas con discapacidad, y otros, han propiciado que, posterior a la elección estadounidense, se prolongue y agudice un periodo de tensión, zozobra, odio racial y violencia.

… que tal vez no se había ido

Contra todo pronóstico, Donald Trump fue electo como nuevo Presidente de una de las naciones más poderosas del mundo. Pocos creían que él sería electo candidato de su partido, el Republicano, y lo fue. Pocos pensaban que podía ganar las elecciones, y las ganó. Al parecer, sus arengas de odio encontraron eco en diversos sectores de la sociedad.

En una nación que parecía haber ya superado los prejuicios raciales con la llegada del afroamericano Barack Obama a la Presidencia, surge esta nueva realidad: la retórica xenófoba y segregacionista del ahora Presidente electo, fue abrazada por millones de personas. Lamentablemente, entre ellas, cristianos, pastores, e incluso latinos. Se despertó o estimuló el espíritu racista que muchos tenían dentro.

¿El odio ha vuelto o no se había ido? ¿Será que el racismo regresó a Norteamérica o tal vez sólo estaba ligeramente escondido? ¿Será que, realmente, aquellas mentalidades supremacistas que el pastor Martin Luther King confrontó en la década de los sesenta, con voz profética, habían desaparecido, o tal vez, sólo se ocultaron, y ahora, en estas generaciones, simplemente, están emergiendo?

Un diálogo…

El texto bíblico, ante estas situaciones, nos guía hacia el corazón de Dios. Es necesario escudriñarlo, y revisar la realidad a la luz de sus verdades eternas. El relato del evangelista Marcos, por algunos llamado: «lo que contamina al hombre», nos brinda una muy rica y pertinente enseñanza para estos días (Marcos 7:1-23).

El Señor Jesús, cuando conversa con sus discípulos, después de enfrentarse en un debate ante los Escribas y Fariseos respecto a lo que contamina al ser humano, dijo: Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre (vv. 21-23)6.

El debate surge cuando los Escribas y Fariseos le recriminan a Jesús que sus discípulos no siguen el ritual de lavarse las manos al consumir alimentos, como marcaba «la tradición de los ancianos». En su respuesta, Jesús da otro sentido a la distinción entre alimentos puros e impuros. Lo que hace es revolucionario, pues esta distinción entre alimentos era una situación que provocaba la segregación de los judíos hacia los paganos. Jesús, califica como «tradición de los hombres» a estas prácticas rituales de purificación. Con lo anterior, evidencia la manera en que los Escribas y Fariseos, marginaban y discriminaban, en nombre de Dios. Enseña que lo que purifica al hombre no es el riguroso cumplimiento de los ritos judíos, sino la actitud que se tiene hacia los demás.

… un grupo

Así como en este relato, los Evangelios nos narran recurrentes ocasiones en las que Jesús tiene confrontaciones con los Fariseos. En su comprensión, sin embargo, esta secta buscaba cumplir la voluntad de Dios y deseaba influir en el pueblo para que también la cumplieran7:

1. De entre todos los grupos judíos contemporáneos de Jesús, los Fariseos eran los que tenían la doctrina más parecida a la de Él8.

2. Existen diferentes versiones respecto al origen de esta secta. Diversos autores coinciden en que su cuna se encuentra en un movimiento (los asideos) que surgió como oposición a la helenización que se pretendió imponer por la fuerza a los judíos, poco más de cien años antes de Cristo. Se caracterizaban por su entrega a la observancia de la Ley como rasgo central de su resistencia9.

3. Su labor consistía, entre otros aspectos, en hacer reflexiones e interpretaciones a partir y sobre la Ley, con el fin de guardarla lo más estrictamente posible.

4. Solían llevar una vida sencilla, sin ostentaciones. Sus miembros eran, en su mayoría, artesanos, comerciantes o agricultores. Se esforzaban por santificar sus vidas en todos los ámbitos, sometiéndolas a la Ley10. Nada quedaba excluido, ni el trabajo, ni el reposo, ni la comida, ni la bebida, ni el vestido, ni la higiene, ni la vida sexual… Nada era demasiado insignificante para no ser tomado con la mayor seriedad11.

5. Al grupo de los Fariseos podían pertenecer personas de todas las clases sociales. Encarnaban las aspiraciones y sentimientos de las personas humildes en oposición a las clases aristocráticas. No ejercían oposición a los sacerdotes, pero les reprochaban su secularismo, su ambición y su intromisión en la política imperial12.

6. A diferencia de otras sectas de la época, ellos no fueron cerrados y aislados. Vivían en medio del pueblo. Su intención era ser «como una levadura entre ellos»13, para llevarles a una observancia más estricta de la Ley y a un mayor amor por el templo. Tenían celo en difundir sus puntos de vista por todo Israel. En ese sentido, su agenda era misionera14.

¿Qué pasó con este grupo, que en sus orígenes se encuentran indicios de motivaciones justas, y cuyas pretensiones eran obedecer a Dios? ¿Por qué son confrontados por Jesús?

Aquellos que, por afán de pureza, celosamente observaban la Ley, con sus interpretaciones sobre ésta y con las acciones consecuentes, marginaban y excluían a personas que vivían en situaciones vulnerables o que eran diferentes: enfermos y paganos, entre otros. Considerados impuros, por su condición, en el caso de los enfermos; o por su forma de vivir alejada de los preceptos que ellos mismos habían puesto, en el caso de los paganos. El problema no era la Ley, pues un sentido de ésta consistía en posibilitar la vida en común desde la justicia y el cuidado de la dignidad de todos; el asunto eran sus interpretaciones, con las cuales propiciaban el segregacionismo. En la búsqueda de cumplir la voluntad divina, discriminaban a gente necesitada de esperanza.

… Retomando el diálogo

Contrario al énfasis en los ritos externos que promovían los Fariseos para lograr la pureza, Jesús enseña que la suciedad puede venir de dentro del ser humano y se evidencia en las actitudes injustas hacia el prójimo. Con su mensaje, Jesús señala que la verdadera impureza se manifiesta en el egoísmo, la soberbia, la marginación y todas aquellas acciones que atentan contra los demás y que surgen del corazón. Es el «corazón sucio» el que hace que se manifiesten conductas que son contrarias a la voluntad de Dios y que deterioran nuestras relaciones horizontales, haciéndolas desiguales. Por eso, Jesús busca la transformación del corazón y se opone a la discriminación. Es la soberbia del corazón, el sentirse superiores (en cuanto a moral en el caso de los Fariseos), lo que propicia el segregacionismo. Es el corazón transformado el que evidencia amor, inclusión y fraternidad.

Los fariseos perdieron el rumbo, aun cuando sus intenciones, en un principio, eran buenas. Olvidaron que toda la ley, se resume en amor, como lo diría Jesús.

Revisión de la propia vida, para cuidar el corazón

Lo que sucedió con los Fariseos en el tiempo de Jesús, y la postura que Él tuvo ante éstos, nos ofrece varias reflexiones importantes, considerando lo que ha sucedido en los últimos meses en torno a la elección presidencial en los Estados Unidos.

Ante los errores de otros, revisar la propia vida es ineludible, pues pudiésemos estar cometiendo errores similares también. Otros nombres, distintas historias, sí, pero con actitudes en esencia parecidas. Al igual que los Fariseos, pensando que cumplimos la voluntad de Dios, pudiese ser que en las acciones evidenciemos lo contrario. Así como en diversos sectores de la población norteamericana el racismo ha emergido y se ha evidenciado en mensajes de odio, pudiese ser que en nuestro corazón se oculte rechazo y desprecio, hacia otro u otros.

Así como para los Fariseos y Escribas, las personas consideradas impuras, eran el objeto de su rechazo y discriminación; para los supremacistas blancos, son los latinos, afroamericanos y otros más. Para nosotros, ¿quiénes serán esas personas, a quienes nos cuesta aceptar, y que en algún momento hemos rechazado o marginado?

Lamentablemente muchas veces, sin darnos cuenta, creamos diferencias que nos separan mediante prejuicios. ¿De qué manera podríamos estar discriminando sin percatarnos de que lo hacemos? Algunos ejemplos:

1. Al rechazar a alguien con una idea o credo distinto al nuestro. Hablar despectivamente de la gente que profesa la tradición católica, es un ejemplo.

2. Cuando hacemos acepción de personas, dando preferencia a aquellas por sus títulos, posición económica o liderazgo.

3. Al no atender de manera adecuada a las personas con capacidades diferentes, ni darles el lugar que merecen. Algunos de nuestros templos, por ejemplo, en sus diseños, no consideran a este sector.

4. Con aquellos comentarios racistas en los que denigramos a los indígenas, a personas por su color de piel, o a nosotros mismos como mexicanos. Por ejemplo, cuando un niño nace con piel blanca, a manera de broma se dice: «ya mejoró la especie»; otras frases: «Trabajo como negro para vivir como blanco», «nunca falta un prietito en el arroz», «no tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre», «traes el nopal en la cara», y otras más.

5. A las mujeres, cuando se le trata como inferiores a los varones y se les otorgan menos espacios y oportunidades para el desarrollo. A los niños, cuando se les da menor importancia que a los adultos, y no se les trata de manera digna. A los ancianos, cuando se les abandona y no se les atiende como merecen.

6. Al pensar que, por cubrir ciertas pautas morales, ya se es superior a otros en espiritualidad. Se señala a quien se considera con menor solvencia moral. Cuando eso pasa, las congregaciones dejan de ser un ámbito de sanidad y restauración para quienes lo necesitan.

7. Las personas con tendencias homosexuales, en ocasiones, viven marginación y rechazo por parte de algunos sectores de las congregaciones. Es difícil, para diversos creyentes, asumir que este grupo requiere restauración y esperanza.

Que el Señor siga trabajando en nuestro corazón, para que, notemos cuando, sin querer, incurrimos en actitudes que discriminan y marginan. Sí, un trabajo desde dentro, para que, a través del amor, continuemos tejiendo lazos de fraternidad inclusivos que restauren, dignifiquen y den esperanza a todos y todas.

Discriminados que discriminan 

Si nos descuidamos, existe el riesgo de que seamos discriminados que discriminan. Un triste ejemplo, son los mensajes despreciativos que, algunos sectores de la sociedad, emitieron hacia los haitianos que llegaron hace meses a territorio mexicano. Miles de personas de aquel país hermano, con deseos de pasar a Estados Unidos, quedaron varados en algunos puntos de Baja California. Ante esta situación, los medios señalan: «…un grupo en redes sociales promueve la xenofobia hacia migrantes africanos y haitianos que se encuentran refugiados en México (…). En el grupo de Facebook, Frente Nacionalista Mexicano, hay comentarios en los que incitan el odio hacia los migrantes, tales como: – Los haitianos, por las particularidades de su «cultura», que incluye la práctica de cultos satánicos, sacrificios de animales y una vocación para vivir en la miseria y en la inmundicia, no pueden ni tienen por qué ser recibidos en México, por lo cual movilizaremos todos los recursos pacíficos y legales disponibles para que sean expulsados a su lugar de origen-»15.

Ante lo sucedido en Estados Unidos, revisemos el corazón y mantengámonos alertas. Hay que cerrar la puerta al odio que nunca se fue del todo.

Bibliografía

1 www.univisión.com/Niños cantan “¡construyan el muro!”

2 www.excelsior.com/Mexicano asesina a hombre pro-Trump que amenazó con deportarlo

3 www.excelsior.com/ONU pide a EU investigar crímenes de odio a fondo

4 www.ccnoticias.com/Saludos nazis en un evento de la derecha alternativa de los Estados Unidos

5 www.sinembargo.mx/El odio vuelve al Norteamérica

6 La versión utilizada en las diferentes referencias bíblicas que aparecen en el presente artículo es la Reina – Valera 1960.

7 Ibid.

8 Sanders, E.P., La figura histórica de Jesús, Verbo Divino, Estella 2000.

9 www.mercaba.org/Fariseos

10 Según la literatura rabínica y el testimonio del historiador Josefo.

11 Testimonio de los Evangelios y del historiador Josefo.

12 www.mercaba.org/Fariseos

13 Josep Kausner, Jesús de Nazaret. Su vida, su tiempo y enseñanza. Ed. Paidos, Buenos Aires 1971

14 www.mercaba.org/Fariseos

15 www.eluniversal.com/Denuncian xenofobia contra africanos y haitianos

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