Pastoral para mujeres en tiempos de pandemia

Jocheved Martínez Vargas.

Introducción

A todas las personas nos pescó desprevenidas el virus. Tan insignificante físicamente y tan invisible al ojo humano, pero con un impacto y una fuerza que ha convulsionado al mundo entero. El coronavirus es la palabra más mencionada en estos últimos días y en los buscadores de internet, es la más consultada.

¿Cómo actuar ante esta crisis? Sin duda es una pregunta difícil de responder. El virus nos ha llevado a un grado de emergencia sanitaria, al que muchos han denominado estado de guerra. No nos prepararon y no nos preparamos. Esta pandemia no la teníamos contemplada en nuestra apretada agenda. La gigantesca ola se nos vino encima, y derrumbó a muchos, y aún está cumpliendo su mortífera tarea, desestabilizando sistemas y sociedades.

Hoy tenemos de todo; presidentes de países que pretenden ignorar la realidad, líderes internacionales que toman la información a la ligera, grupos políticos, sociales y religiosos que desvirtúan causas y consecuencias, círculos de poder que se aprovechan de la confusión, además de noticias falsas, videos con las mejores curas, saturación de recetas milagrosas, y en medio de toda esta vorágine de imágenes y palabras, nosotras las personas, simples mortales volteando de un lado hacia otro escuchando uno y mil argumentos. Y así estamos, a veces incrédulas, pensando que todo es una farsa montada por países en pugna, a veces indiferentes, intoxicadas ya por la excesiva información y a veces, llenas de miedo hasta de la propia sombra.

Observando estos acontecimientos, hemos preparado estas reflexiones para compartirlas con ustedes. Deseando nos ayuden en este tiempo, que orienten nuestros pensamientos y acciones para que podamos también tener la entereza de apoyar y alentar también a los miembros de nuestra familia.

La primera reflexión es en torno a la salud.

  1. CUIDA TU SALUD

Porque ¿quién comerá, y quién se cuidará, mejor que yo?”

Eclesiastés 2:25

Definitivamente a nadie podemos delegar el cuidado y la atención de nuestra propia vida. Es muy importante inculcar desde la infancia y adolescencia el autocuidado personal. Enseñar a nuestras niñas y jóvenes a ser responsables de su cuerpo y recordarnos también nosotras de esta prioridad. Solamente tenemos un cuerpo y nuestra responsabilidad es cuidarlo en todo momento.

La Organización Mundial de la Salud, declara:

“La salud de la mujer y la niña es especialmente preocupante porque en muchas sociedades se encuentran en una situación de desventaja por la discriminación, condicionada por factores socioculturales como la desigualdad en las relaciones de poder entre hombres y mujeres, las normas sociales que reducen las oportunidades de desarrollo personal, la pobreza y malas prácticas alimentarias. Estos indicadores impiden que las mujeres y niñas se beneficien de servicios de salud de calidad y alcancen el máximo nivel posible de salud”

La salud es un regalo de Dios, pero es una responsabilidad nuestra mantenerla. Las recomendaciones en circunstancias normales las sabemos: Comer sano en las cantidades adecuadas, tomar suficiente líquido, descansar, activar el cuerpo, pero ahora, y debido a la pandemia global que nos afecta, debemos extremar todas las medidas de higiene para no contagiar o ser contagiadas.

No se aprecia tanto la salud, hasta que se pierde y hoy muchas personas corremos el grave riesgo de perderla. La mejor vacuna contra el coronavirus es lavarnos las manos, quedarnos en casa y mantener una sana distancia. Quien dijera que hoy que estamos en pleno Siglo XXI, con tantos descubrimientos y tan variadas tecnologías, nos estuvieran enseñando “Cómo lavar correctamente las manos” a través de las redes sociales.  La frase #Quédate en casa, tiene una profunda base científica. Los especialistas nos han dicho que, si nos mantenemos en casa, ayudamos a nuestra sociedad y tendríamos menos probabilidades de enfermar. Según los modelos matemáticos desarrollados, muchos vamos a sufrir el coronavirus, pero al quedarnos en casa, podemos retrasar el padecimiento, nos iríamos enfermando de forma más pausada y no se colapsaría nuestro sistema de salud. Si por causa de fuerza mayor, por tener que estar desarrollando actividades esenciales, debemos salir, procuremos tomar todas las precauciones necesarias. No hay que escatimar esfuerzos, la vida vale la pena. Recuerda, cuida tu salud ¡Quédate en casa!

  1. CUIDA LO QUE OYES Y VES

“Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven;

y vuestros oídos, porque oyen” Mateo 13:16

No todo lo que oyes es cierto, ni todo lo que ves en imágenes o videos es real. Algunas personas tienen la consigna de inquietar, confundir, o debilitar una sociedad, y muchas veces lo hacen a través de noticias falsas. Es cierto que una gran cantidad de personas actúan de buena fe, reciben un mensaje y pensando en hacer un bien, inmediatamente lo reenvían a muchas personas. Y esos a su vez lo vuelven a reenviar, y así, como crece un virus de forma exponencial, dañando cientos y miles de vidas, también las noticias falsas, sensacionalistas o morbosas, dañan cientos y miles de mentes. La gente se confunde, empieza a ser bombardeada por innumerables mensajes, al grado que cuando llega a sus manos una versión real, ya no la toman en cuenta.

Por eso, cuida lo que oyes y ves. Si te llega una noticia, no la difundas inmediatamente, lee con atención, revisa la fecha, muchas noticias son de años anteriores y las hacen actuales, revisa la fuente, ve quién está generando el comunicado, hay agencias de información confiables que tienen un reconocimiento internacional, asimismo, cada gobierno local y nacional están procurando programas de comunicación para mantener informada a la población.

También, ten mucho cuidado con las cadenas, esos mensajes que te dicen “mándalo a 10, o 20 personas y te va a suceder el milagro, o se te va a cumplir el deseo, o vamos a lograr esto o aquello…”  muchos encierran virus informáticos que vulneran tus datos personales. 

Recuerda, cuida lo que oyes y lo que ves. No difundas noticias falsas. Usa las redes oficiales para estar debidamente informada.

  1. CUIDA TU FAMILIA

“La mujer sabia edifica su casa…” Proverbios 14:1

Hoy, paradójicamente, un microorganismo nos reunió en casa. Los niños y jóvenes dejaron de ir a la escuela, a muchas mujeres y hombres, les pidieron hacer su trabajo desde el hogar, una buena cantidad de empresas y compañías debido a la contingencia, cerraron temporalmente y mandaron a sus trabajadores a sus domicilios. El asunto es que hoy, estamos todos en el hogar, y debemos tener buenas ideas para aprovechar el tiempo y fortalecer nuestra relación como familia.

Tenemos tiempo para vernos, escucharnos y apoyarnos. Estar en casa, nos da la oportunidad de platicar, trabajar juntos, conocernos un poco mejor, organizar mañanas de trabajo y tardes de juegos y actividades. También es la oportunidad que estábamos esperando para hacer nuestros cultos devocionales o nuestras oraciones familiares. Se acuerdan que antes decíamos “no podemos hacer el culto en el hogar, porque el papá sale muy temprano, los hijos con sus escuelas y tareas tienen diferentes horarios, la mamá no puede, por la gran carga de trabajo”. ¡Hoy, si queremos, podemos!

Pero el gran desafío es sacar a los abuelitos, a los adultos, a los jóvenes, a los niños y hasta los bebés de las redes sociales. Algunos, debido a la ausencia de otras tareas y actividades rutinarias, pueden estar todo el día, y hasta perderse el tiempo de la comida absorbidos por el internet. Hoy que podemos tener tiempo para nosotras y para los nuestros, aparte del virus que nos roba la tranquilidad, nuestro otro enemigo a vencer es la adicción al internet.

Hoy es tiempo de ver y cuidar a nuestra familia. Quizá no tengamos otra oportunidad. Veamos esta circunstancia con ojos de optimismo, seamos creativas. Seamos las primeras en promover sanos ambientes en el hogar. Quizá algún miembro de la familia tenga buenas iniciativas para mejorar este tiempo, apoyemos sus ideas y sumemos esfuerzos.

Debido al confinamiento, y que no estamos preparados para estar todo el día en casa, es muy probable que surjan malentendidos y se generen discusiones. Por favor, no levantemos la voz, cualquiera puede gritar e imponerse. Actuemos con amor, con sabiduría y prudencia en este tiempo de contingencia… y siempre.

La consigna oficial es #Quédate en casa, y aunque el hogar, por excelencia, debiera ser el lugar más seguro, para muchas personas, no lo es. En casa, estamos rodeados por la familia y es responsabilidad de todos, especialmente de los mayores, hacer de ese espacio un lugar para vivir y relacionarse de manera afectiva y efectiva.

El papel de la mujer en casa es primordial, para muchas, su casa es su espacio vital, su pequeño reino donde pueden decidir qué se va a comer, a quién le toca lavar los baños o tender la ropa, pero no todas pueden pasarla bien. Algunas viven menospreciadas por sus padres, otras por sus maridos, y otras por sus hijos. Otras más son maltratadas y violentadas. Entonces, para ellas, su casa no es el “hogar, dulce hogar” y el #Quédate en casa, anunciado por las autoridades, es más un suplicio que un deleite.

Si tú estás pasando por alguna situación donde esté en riesgo tu integridad física o tu salud emocional, habla con alguna persona de confianza, cuéntale a tu pastor, o pide orientación y ayuda a alguna institución de apoyo a las mujeres.

  1. CUIDA TU FE

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios” Hebreos 11:6

La fe es un elemento fundamental en la vida de cada mujer creyente. Es la certeza de que somos hijas de Dios, es saber y sentir que Él nos creó, nos dio su imagen y semejanza, nos dio su bendición, reconocer que, al morir Jesús en la cruz, perdonó nuestros pecados, regalándonos una nueva vida, y experimentar que en todo tiempo su Espíritu nos guía.

La fe es la experiencia humana que nos permite disfrutar la realidad divina. La fe son pensamientos, palabras, actitudes y acciones que nos conectan con Dios. La fe es nuestra respuesta por el don gratuito de la salvación que recibimos a través de Cristo Jesús.

No solo se trata de decir “Yo tengo fe”, más que hablarlo, hay que demostrarlo. Y esta demostración se hace evidente en acciones de amor y justicia, en acciones que muestren que tenemos confianza en los planes de Dios, sabiendo que todo está bajo su potestad. Nuestro presente y nuestro futuro está en sus manos.

Hoy es tiempo de mostrar nuestra fe, recordarnos que, en esta pandemia no estamos solas. Pueden ser muy abrumadoras las noticias y negativas las estadísticas, pero Dios es con nosotras, Dios es con su pueblo. Hay que repetirlo a nuestra familia, a los más ancianos, para que no se desalienten, a los niños para que puedan ver a Dios en los ambientes tranquilos de casa, en los rostros templados y pacientes de sus padres y madres, y a los jóvenes, para que también a través de esta crisis, puedan tener una experiencia con su maravilloso amor.

La fe es una actitud de paciencia y resistencia, y es una fuente de fortaleza para vencer la depresión. Hoy el COVID19 nos desafía a mostrar nuestra fe. Nos pide salir de la teoría a la práctica. Pidamos más fe a Dios, para movernos, junto con nuestra familia en dirección hacia Él.

Conclusión

La Palabra de Dios está escrita para tiempos como este, escuchemos atentamente el mensaje que el Señor tiene para nosotras, para nuestras familias y nuestra iglesia a través del coronavirus.

Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo.

Jeremías 29:11 DHH

Caminemos confiadas. Dios con Nosotras.

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