PASTORAL DE LAS ADICCIONES

La adicción es una enfermedad o más bien un síndrome constituido por un conjunto de signos y síntomas característicos. La adicción es una enfermedad bio-psico-social con síntomas bien identificables para la cual se han definido criterios diagnósticos médicamente aceptados.
Se dice que hay adicción cuando alguna sustancia, persona, objeto o proceso ha tomado nuestras vidas y sobre el cual no tenemos control.
Las adicciones son distorsiones de las necesidades básicas humanas, como: Sentirse amado, importante, valioso, seguro, con sentido de pertenencia y significado.
Algunos de los síntomas más típicos de la adicción son:
• Daño o deterioro progresivo de la calidad de vida de la persona debido a las consecuencias negativas de la práctica de la conducta adictiva.
• Pérdida de control caracterizada por una práctica compulsiva de la conducta adictiva, lo cual lleva al deterioro de la calidad de vida.
• Negación o autoengaño que se presenta como una dificultad para percibir la relación entre la conducta adictiva y el deterioro personal.
• Deterioro de las relaciones familiares como consecuencia de la práctica continuada de la conducta adictiva.
El origen de la adicción es multifactorial involucrándose factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales. La naturaleza exacta de la adicción continúa siendo motivo de análisis científico y cada día se hacen descubrimientos que nos ayudan a entender esta enfermedad que afecta la calidad de vida de millones de familias a nivel mundial. Los estudios demuestran que existen cambios neuroquímicos involucrados en las personas con desórdenes adictivos y además es posible que exista predisposición biogenética a desarrollar esta enfermedad.
Algunos de los elementos adictivos son:
• Estimulantes: cocaína, anfetaminas.
• Depresores o sedantes: alcohol, barbitúricos (butisol, amytal, y otros).
• Narcóticos: opio, morfina, heroína.
• Alucinógenos: LSD, marihuana, peyote, hongos.
• Solventes: thinner, pegamento, gasolina, aerosol, quita esmalte.

Otros ámbitos en los que se pueden incurrir en prácticas adictivas:
• Sexo
• Comer demasiado
• Pasar mucho tiempo en los videojuegos
• Escuchar música
• Jugar y apostar
• Bailar
• Ver televisión
• Realizar colecciones de manera obsesiva
• Relaciones interpersonales
• La computadora, Internet, redes sociales
• Trabajo
• Estudios
• Teléfono

Cómo detectar si una persona es adicta
La existencia de una experiencia que es buscada con tal ansiedad que la lleva a perder su control psíquico y emocional.

Características de la adicción
• Negación
• Pérdida de control
• Confusión
• Temor
• Depresión
• Sentido de inferioridad
• Centrado en sí mismo
• Falta de dominio propio
• Baja autoestima
• Amargura

La raíz: el desamor, y la propia insatisfacción e infelicidad de la persona.

Principales causas de las adicciones
• Problemas familiares
• Influencias sociales
• Curiosidad
• Problemas emocionales

Observaciones generales:
• La adición es un síntoma de un problema.
• Las adicciones son un anestésico a la fatiga de vivir, un intento de huir de la realidad – hacer diferencia entre fantasía y realidad.

• Es muy común que se junten varias adicciones en una misma persona.
• Los jóvenes adictos se identifican con el término: VACÍO.
• Un adicto no se responsabiliza de sus errores.

La familia es afectada por los desórdenes adictivos de sus miembros en la dinámica de las relaciones, la comunicación y la conducta, todos estos cambian y se hacen disfuncionales como resultado del proceso adictivo. Estos cambios pasan a formar parte de la dinámica de la adicción, produciendo una facilitación de la conducta adictiva.
A estos cambios se les denomina codependencia, la cual se define como la práctica de patrones disfuncionales de relación de manera compulsiva a pesar del daño resultante. La codependencia es un desorden aprendido en respuesta al proceso adictivo, pero puede transmitirse de manera transgeneracional si no es tratado adecuadamente.
El desarrollo de la adicción se facilita por factores sociales. Algunos autores señalan que nuestra cultura contiene creencias y reglas sociales que son disfuncionales y que se constituyen en el núcleo psicosocial de la adicción. Por ejemplo, se fomenta abiertamente el consumo de alcohol; el consumismo y el culto por la imagen en nuestra sociedad, influyen directamente en la predisposición a la adicción.

La recuperación

La recuperación es el proceso mediante el cual la persona adicta interrumpe el deterioro progresivo, típico de este desorden y comienza un restablecimiento constante de las áreas de vida afectadas.

Las metas necesarias en la recuperación son:
1. La abstinencia.
2. El desarrollo de estilos sanos de vida.
3. El crecimiento espiritual

Para lograr estas metas es necesario que la persona en recuperación realice cambios en su forma de pensar y de actuar, así como cambios en sus estilos y patrones de vida. La recuperación va más allá del tratamiento pues la persona en recuperación necesita mantener los cambios logrados de manera permanente, a lo largo de toda su vida.
El resultado de una recuperación satisfactoria es una persona con una calidad de vida en franca mejoría, con estilos de vida más sanos y con un nuevo sentido de su misión vital, así como una mejoría en su forma de relacionarse con los demás.
El DSM-IV (manual de enfermedades mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría) y la Convención Internacional para la Codificación de enfermedades (ICD-10) nos ofrecen algunos criterios.

La adicción es una enfermedad o un desorden que responde positivamente al tratamiento adecuado. Al igual que otros desórdenes de naturaleza crónica, existe una tendencia a la recaída, pero la recuperación es posible. La negación que acompaña y forma parte de esta enfermedad hace que la intervención eficaz sea imprescindible para lograr la interrupción del proceso patológico.

El tratamiento consiste en una serie de intervenciones estructuradas dirigidas a lograr apoyar la recuperación de la persona hacia una mejor calidad de vida.
Existen varios niveles de tratamiento que están disponibles en la comunidad, a saber:
1. Tratamiento ambulatorio: el paciente participa de manera simultánea mientras continúa con su trabajo y su vida cotidiana sin aislamiento.
2. Tratamiento hospitalario: el paciente es aislado dentro de un ambiente hospitalario, para el manejo de la desintoxicación o para facilitar el despegue de la recuperación, evitándose las situaciones de susceptibilidad de manera temporal.
3. Tratamiento residencial: que consiste en la participación más o menos prolongada en un ambiente de comunidad terapéutica donde el paciente convive con otras personas en recuperación.
Es importante la evaluación individualizada de cada caso, que permita decidir cuál es la alternativa de tratamiento que mejor se acomode a las necesidades de la persona en tratamiento. La evaluación, el diseño de planes y el tratamiento propiamente dicho debe ser supervisado por personal de salud entrenado, tal como en cualquier otro problema de salud.

Rehabilitación y restauración

• Rehabilitación: el abandono del consumo.
• Restauración: la transformación de las conductas personales que provocaron la esclavitud a la adicción. Pasos en la restauración
• Identificar las causas de la adicción y la raíz del problema.
• Precisar el tipo, frecuencia y grado del daño en la adicción.
• Concientizar sobre el deseo de cambiar.
• Incluirle en un proceso terapéutico.
• Restaurar áreas dañadas.
• Crear una red de apoyo.
La codependencia
• Excesiva y a menudo inapropiada preocupación por las dificultades de alguien más.
• El codependiente suele olvidarse de sí mismo para centrarse en los problemas del otro.
• El co-dependiente olvida sus propias necesidades, y cuando la otra persona no responde como el codependiente espera, éste se frustra, se deprime e intenta controlarlo aún más.
• El codependiente busca generar, en el otro, la necesidad de su presencia, y al sentirse necesitado cree que de este modo nunca lo van a abandonar. Los codependendientes son las personas (amigos, padres, parientes, cónyuges, hijos u otros) que conviven con un adicto con la finalidad de rescatarle de la soledad, el aislamiento y el dolor. El término codependencia se empezó a utilizar a mediados de la década del 70 asociado a los familiares de alcohólicos, definiendo al codependiente como el compañero (a) de un dependiente.
Perfil del codependente
• Falta de identidad propia
• Baja autoestima
• Represión
• Obsesión
• Control
• Negación
• Comunicación pobre
• Límites débiles
• Poca confianza
• Ira
• Comportamientos compulsivos

Síntomas

• Necesidad de ser aceptados más de lo saludable.
• Sensación de pérdida de identidad, a veces la persona no sabe quién es o qué quiere.
• Congelación de sentimientos por miedo a herir a los demás.
• Reacciones desmedidas que desconciertan y confunden.
• Incapacidad de disfrutar por estar demasiado comprometidos con los demás.
• Preocupación exagerada por los demás hasta hacerse daño.
• Incapacidad de permitir que los demás vivan las consecuencias de sus actos.

La recuperación

• Aceptar que se tiene un problema
• Desapegarse del objeto satisfactor.
• Pensar y actuar con congruencia
• Mantener el control de sí mismo
• Valorar su pasado
• Vivir su propia vida. Hacerse cargo de sí mismo
• Enamorarse de usted mismo
• Viva el proceso de duelo
• Controle su pensamiento
• Póngase metas
• Aprenda a comunicarse

Enfoque pastoral

Doce pasos y sus comparaciones bíblicas:
1. Admitimos que no teníamos el poder sobre nuestras adicciones y comportamientos compulsivos, que nuestras vidas llegaron a ser inmanejables.
Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa, nada bueno habita. Aunque deseo hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo (Romanos 7:18, NVI).

2. Llegamos a creer que un poder más grande que nosotros podía restaurarnos a la cordura.
Pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad (Filipenses 2:13, NVI).

3. Tomamos la decisión de entregar nuestra voluntad y nuestras vidas al cuidado de Dios.
Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios (Romanos 12:1, NVI).

4. Hicimos una búsqueda y un audaz inventario moral de nosotros.
Hagamos un examen de conciencia y volvamos al camino del Señor (Lamentaciones 3:40, NVI).

5. Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestros pecados.
Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros para que sean sanados (Santiago 5:16, NVI).

6. Estuvimos completamente listos para que Dios removiera todos nuestros defectos de carácter.
Humíllense delante del Señor, y él los exaltará (Santiago 4:10, NVI).

7. Humildemente le pedimos que quitara todas nuestras deficiencias.
Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad (1 Juan 1:9, NVI).

8. Hicimos una lista de todas las personas que habíamos dañado y estuvimos dispuestos a enmendar todo el mal que les habíamos causado.
Traten a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes (Lucas 6:31, NVI).

9. Hicimos arreglos directos con las personas cuando fue posible, excepto cuando eso podría dañarles a ellas o a otras.
Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda (Mateo 5:23-24, NVI).

10. Seguimos haciendo un inventario personal y cuando nos equivocamos rápidamente lo admitimos.
Por lo tanto, si alguien piensa que está firme, tenga cuidado de no caer (1 Corintios 10:12, NVI).
11. A través de la oración y la meditación buscamos mejorar nuestra relación con Dios, orando sólo para conocer de Su voluntad para nosotros y poder para llevarla a cabo.
Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza (Colosenses 3:16a, NVI).
12. Habiendo tenido una experiencia personal como el resultado de estos pasos, intentamos llevar este mensaje a otros y practicar esos principios en todas nuestras áreas.
Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben restaurarlo con una actitud humilde. Pero cuídese cada uno, porque también puede ser tentado (Gálatas 6:1, NVI).

Oración de Serenidad

Dios, concédeme la serenidad
Para aceptar las cosas que no puedo cambiar,
El valor para cambiar las cosas que sí puedo cambiar,
Y la sabiduría para conocer la diferencia.
Viviendo un día a la vez;
Disfrutando un momento a la vez;
Aceptando la dificultad como el camino hacia la paz;
Tomando, como Jesús lo hizo,
Este mundo pecador tal cual es,
No como sería;
Confiando que Tú harás que todo salga bien
Si me entrego a Tu voluntad;
Para que sea razonablemente feliz en esta vida
Y sumamente feliz contigo por siempre en la eternidad.
Amén.

(Reinhold Niebuhr)
Para aprender más:
• Baker, John. «Celebremos la recuperación». Editorial Vida.
• Clinebell, Howard. «Understanding and counseling persons with alcohol, drug and behavioral addictions» Abingdom Press.
• Montagano, Darío Hernán. «Se puede dejar». Editorial Sagepe.
• Warren, Rick. «Celebremos la recuperación. Aplicación del mensaje».

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